«50 sombras más oscuras» de James Foley

Hace unas semanas llegaba el esperadísimo estreno de la nueva película de Christian Grey (porque podemos decirlo así perfectamente) y miles de mujeres y hombres (algunos arrastrados y otros encantados de la vida) se arremolinaban en las puertas de los cines con las entradas en la mano (porque obviamente las habían comprado anticipadas, no vaya a ser). La gran saga del erotismo es un auténtico fenómeno, aunque solo sea por ser la materialización de las excitantes páginas escritas por E. L. James.

En su día me leí la trilogía, bien sea por curiosidad o simplemente por morbo, pero pequé de «ovejismo», y entré por el aro. No me gustó, nunca había leído algo tan vacío, como expliqué en su momento en mi antiguo blog (http://vistasdesdemanderley.blogspot.com.es/2013/09/critica-encarnizada-la-trilogia.html). Sin embargo, comprendí y respeté que tuviese su público. Respeté con cierto recelo, no voy a mentir.

 En 50 sombras más oscuras Christian está herido por el abandono perpetuado por Anastasia Steele e intenta convencerla para que regrese a su lado, dejando olvidadas sus prácticas sexuales poco comunes. Cuando la pareja alcanza la tranquilidad y la estabilidad que buscaban, las sombras del pasado del joven millonario regresan para resquebrajar poco a poco la confianza de Anastasia, quien pedirá a gritos que todos los secretos salgan a la luz.

Olvidándonos del tema del BDSM y de que cada persona es muy libre de vivir su sexualidad como y con quien quiera, no puedo obviar el machismo que emana de cada una de las escenas y de las palabras pronunciadas por el idolatrado Grey. En ese sentido la película es un despropósito y lo digo así, con todas las letras. Un hombre controlador, obsesivo y posesivo, que se ha convertido en el sueño de mujeres y hombres de todo el mundo, porque te pasea en helicóptero, te compra un Mac y te pone un piso en la Castellana si lo quieres. Me niego a pensar que éste se halla convertido en el hombre ejemplar del siglo XXI. Porque claro, Grey esta enfermo y como buenas mujeres tenemos que ayudar a que se cure y por fin te deje cumplir tu carrera profesional. Y es que en este episodio de su vida, aun parece más enfermo todavía y más frágil a los ojos de Ana, que se colgará el papel de salvadora.

Doy gracias al cielo de que (aunque con ciertas remoras) la señorita Steele se enfrenta a la posesión de este o al menos, lo intenta. Sin duda alguna, Dakota Johnson es lo único salvarle de estas películas, tanto el personaje, como la interpretación de este. Pero lo de Jamie Dornan no puede explicarse con palabras. Su cara de loco y excitado a lo largo de los 115 minutos de película hablan por sí solos, y la falta de química entre ambos acentúa este aspecto.

Me canso de decir que los libros tienen un pase. Es una novela erótica y punto. Pero claro, cuando tienes que llevar una novela erótica al cine, donde no vas a poder representar las escenas de sexo con el lujo de detalle con el que fueron escritas, para no caer en la pornografía…Pues la cosa pierde y se convierte en una película romántica donde la historia termina siendo un sinsentido. Los tiempos se tratan horriblemente mal y las escenas de acción son tan melodramáticas como absurdas. Incluso intentan introducir el suspense, pero sobra decir que no lo consiguen.

Solo se salvan los temas de Taylor Swift, Nick Jonas y Tove Lo, entre otros, que hacen más llevadera la estancia en el cine.

¿Y qué nos esperará con 50 sombras liberadas? Apuesto a que dentro de un año estaré aquí escribiendo, si no lo mismo, muy parecido. Eso sí, yo le cambiaría el título por este: 50 sombras más rentables. ¿Cómo lo veis?

No me odiéis, ¿vale? 🙂

MAY THE FORCE BE WITH YOU!

PZL

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